familias y devociones franciscanas
Las familias franciscanas son numerosas en el mundo cristiano, y aun dentro del mundo no creyente.

FAMILIA FRANCISCANA
El origen de todas las ramas que componen la Familia Franciscana se remite al propio Francisco de Asís. Él no buscó fundar tres órdenes de manera deliberada, sino que se dejó más bien guiar por el Espíritu Santo en la organización de su familia religiosa, sin seguir ningún proyecto preestablecido.
Francisco se dio cuenta muy pronto de que Dios lo llamaba a una misión importante con los hermanos y a través de ellos. En torno a él había surgido una primera fraternidad, la de los Hermanos Menores, conocida luego también como Primera Orden Franciscana, cuya forma de vida fue aprobada por el papa en 1209. Pero el ideal que animaba a Francisco era tan fuerte y arrollador que también sedujo a muchas otras personas de uno y otro sexo. Surgieron así comunidades de mujeres como la creada en San Damián en torno a Clara de Asís, que dieron origen a la Segunda Orden Franciscana.
También surgieron en muchos lugares fraternidades de hombres y mujeres que buscaron poner en práctica el proyecto evangélico de Francisco sin abandonar sus compromisos familiares y seculares, configurando lo que desde muy pronto pasó a conocerse como Tercera Orden Franciscana. A lo largo de sus ocho siglos de existencia la Familia Franciscana ha sufrido por tanto numerosas transformaciones, pero todavía conserva en la actualidad esas tres ramas que aparecieron ya en tiempos de Francisco de Asís:
1) Los Hermanos o Frailes Menores, que son aquellos franciscanos que viven la vida religiosa según la regla que el papa Honorio III confirmó a Francisco y sus hermanos en 1223. Desde el siglo XVI, los frailes franciscanos están divididos en tres ramas distintas y autónomas: los Hermanos Menores (Franciscanos OFM), los Hermanos Menores Conventuales (OFM Conv.) los Hermanos Menores Capuchinos (OFM Cap). Aunque las relaciones entre estas tres ramas no siempre fueron buenas en el pasado, hoy en día colaboran cada vez más armónicamente, constituyendo la Primera Orden de San Francisco.
2) La familia de las contemplativas franciscanas (Segunda Orden). La gran mayoría de ellas forman la Orden de Hermanas Pobres Clarisas, que tienen como referente a Clara de Asís y a su regla, aprobada en 1253. Forman también parte de este grupo de monjas las Concepcionistas (orden fundada por la española Santa Beatriz de Silva a finales del siglo XV), las Anunciadas (fundadas en el siglo XV por Santa Juana de Valois) y también ciertos monasterios femeninos de terciarias que viven en clausura ("las isabeles").
3) El grupo más numeroso, que es el de la Tercera Orden, en sus dos vertientes: La secular, conocida oficialmente en nuestros días como Orden Franciscana Seglar(OFS). Está compuesta por laicos de ambos sexos, casados o no, y también por sacerdotes seculares. Su regla actual, aprobada en 1978, se apoya explícitamente en los textos de Francisco, sobre todo en la Carta a todos los fieles. Forman una Orden agrupada en fraternidades; aunque permanecen en su medio habitual de vida, se comprometen a vivir según el espíritu de Francisco en su vida de cristianos laicos. De la OFS dependen también los grupos de NiFra y JuFra, compuestos por niños, adolescentes y jóvenes que viven su fe desde el ideal franciscano.
Los hermanos y hermanas de la Tercera Orden Regular (TOR). Ya desde sus orígenes se presentaron manifestaciones típicas de la vida religiosa en el seno de la Tercera Orden Franciscana, que acabaron por configurarse en congregaciones de vida regular. En el siglo XVI, la Santa Sede acabó por reconocer un carácter específico y entregó una regla propia a esta rama de terciarios franciscanos. A este grupo debemos añadir los más de 400 institutos religiosos de inspiración franciscana de vida activa o apostólica, en su mayoría femeninos, que siguen la regla de la TOR (Franciscanas Misioneras de María, Franciscanas del Divino Pastor, Franciscanos de la Cruz Blanca, etc.). Junto a esta familia con perfiles jurídicos bien definidos, existe lo que a veces se denomina la "Cuarta Orden Franciscana", formada por innumerables amigos de Francisco, hombres y mujeres que se mueven en el ambiente franciscano y que tratan de vivir el carisma de Francisco en realidades diferentes a las del grupo oficial, en cierta medida prolongándolo.
Finalmente, debe mencionarse que, desde finales del siglo XIX, la propuesta evangélico-franciscana también ha encontrado una buena acogida en algunas Iglesias cristianas que no se encuentran en plena comunión con la Iglesia Católica Romana. Más en concreto, en las Iglesias Anglicana y Luterana han surgido fraternidades de hombres y mujeres franciscanos: en la Iglesia Anglicana existe la Society of Saint Francis, la Franciscan Order of the Divine Compassion y en América Latina la Orden Franciscana de la Divina Compasión, comunidades de religiosos franciscanos muy activos, un monasterio de clarisas y grupos de seglares franciscanos. También en la iglesia luterana de Suecia y Alemania existen pequeños grupos de religiosos franciscanos y seglares. Entre todos los franciscanos existe, y debería desarrollarse cada vez más, un recíproco conocimiento y una comunión vital requeridos por la pertenencia a la misma Familia espiritual.
REGLA DE LA ORDEN FRANCISCANA: Regla 1 Entre las familias espirituales, suscitadas por el Espíritu Santo en la Iglesia, la Familia Franciscana comprende a todos aquellos miembros del Pueblo de Dios, laicos, religiosos y sacerdotes, que se sienten llamados al seguimiento de Cristo, tras las huellas de San Francisco de Asís. En maneras y formas diversas, pero en recíproca comunión vital, todos ellos se proponen hacer presente el carisma del común Seráfico Padre, en la vida y en la misión de la Iglesia.

La Corona Franciscana de las Alegrías de la Purísima Virgen María
Historia
Esta
es una antigua devoción practicada por los Franciscanos. El
Hermano Luke Wedding, historiador franciscano, señala como fecha
de comienzo de esta devoción el año 1422, en el cual ingresó
a la Orden un joven muy piadoso, que solía demostrar su devoción
hacia la Virgen María, realizando una corona con rosas frescas
para colocarla sobre una estatua de la Santísima Virgen. Cuando
ingresó a la Orden se le prohibió esta devoción y por ello,
quiso dejar la Orden, pero en una visión de la Virgen, ésta le
indica que no deje la Orden, ni se entristezca por no poder
continuar con su devoción, le pide que, en lugar de la corona de
flores frescas, que se marchitan y a veces no se consiguen, le
coloque una espiritual, siempre fresca y más apreciada por ella:
La realizada con flores creadas rezando y meditando las siete
alegrías que ella vivió en la tierra, el novicio comenzó esta
devoción y, estando en oración, el Maestro de Novicios tuvo una
visión: la de un ángel que iba tejiendo una corona de rosas, a
medida que el novicio rezaba, y después de cada decena de rosas,
insertaba un lirio dorado, al terminar de rezar el novicio, el
ángel colocó la corona sobre la cabeza del novicio orante. Estaba
tan maravillado el Maestro de Novicios que le preguntó sobre el
significado de la visión que había tenido, y al oír la
explicación, lo contó a todos los Hermanos, y pronto se difundió
esta devoción a toda la Familia Franciscana.
Esta
devoción está favorecida con muchas indulgencias concedidas por
los Papas, son ganadas por los Franciscanos y los fieles que recen
esta Corona Franciscana.La
primera Alegría: La Anunciación por el Angel Gabriel.
Te
saludamos como el Ángel Gabriel, "Alégrate llena de gracia
el Señor está contigo...". Y te dijo luego: "...concebirás
en tu seno y darás a luz un hijo a quien pondrás por nombre
Jesús", seguida de tu aceptación: "He aquí la esclava
del Señor, hágase en mi según tu palabra". Así nos
mostraste el camino a seguir: Aceptar nuestra vida como Dios nos la
presenta cada día, viviendo con amor tanto las alegrías como las
vicisitudes. Como lo hizo San Francisco cuando acepta dócilmente
su misión, respondiendo con todo su ser a la llamada de
Jesús.
Oremos
juntos, diez Aves María, también por aquellos que no participan
con la Santísima Virgen de su Inmaculada Concepción.La
Segunda Alegría: La Visita a su prima Santa Isabel
Recordamos
contigo cuando en Judá, fuiste a la casa de Zacarías y saludaste
a Isabel, quien al oírte, quedó llena del Espíritu Santo, y
saltó el niño en su vientre.. Te recibimos como lo hizo Santa
Isabel: "Bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es
el fruto de tu vientre (Jesús)". Te rogamos que vengas
siempre a visitarnos, para traernos a Jesús y su Santo Espíritu.
Como Francisco quien te nombró Abogada de la Familia Franciscana y
así realizar tu misión de tutora, te pedimos veles por
nosotros.
Oremos
juntos, diez Aves María, para agradecerte tu visita y por los que
no te reciben en sus vidas.Tercera
Alegría: El Nacimiento de Jesús en el Portal de Belén
Contigo
María y con San José, nos alegramos por este regalo que nos
distes, en esta noche de paz y amor. Con los ángeles y pastores
digamos: "gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a
los hombres de buena voluntad". Y como Francisco, revivamos la
maravillosa escena del nacimiento de Jesús, llenemos nuestro
corazón de regocijo y amor, repartiéndolo a todos.
Oremos
juntos, diez Aves María, para alabarte por tu inmenso regalo y por
todos los que todavía no ven y sienten en sí mismos a
Jesús.Cuarta
Alegría: La Adoración de los Reyes Magos
Vemos
con regocijo que tres sabios creen, y con humildad adoran al Niño
Dios, ofreciéndole oro, incienso y mirra, como homenaje y
reconocimiento al Rey, al Dios y al Hombre. Nosotros, junto a los
Reyes, queremos adorar a tu Hijo Divino, y rendirle homenaje con
nuestras oraciones, como Francisco, queremos estar alegres,
jubilosos y alabando a Dios.
Oremos
juntos, diez Aves María, como ofrenda al Niño Dios y por los que
no lo conocen o lo han olvidado.Quinta
Alegría: María y José encuentran a Jesús en el Templo.
Que
alegría sentimos contigo al encontrar a Jesús y poder abrazarlo,
como tú lo encontraste en el Templo!.Queremos repetir como San
Francisco, que regocijado decía: "esto es lo que buscaba, lo
que anhela mi corazón". María, cuando nos sintamos lejos de
Jesús, ayúdanos a encontrarlo dentro de nosotros y en toda la
creación, como lo refleja Francisco en el Cántico a la
Criaturas.
Oremos
juntos, diez Aves María, en agradecimiento porque Jesús VIVE, en
nosotros y en todo lo creado, para que todos los que lo buscan, lo
encuentren, y vivan con paz y alegría.Sexta
Alegría: María ve a Jesús Resucitado.
Contigo
María, nos regocijamos por Cristo Resucitado, luz: "que
ilumina a todo hombre que viene a este mundo". El es el
camino, la verdad y la vida. Como Francisco queremos llenarnos de
tu Hijo y siempre decir: "Señor mío y Dios mío".
Oremos
juntos, diez Aves María en agradecimiento, porque vivimos con la
Luz que es Cristo, y por los que aún no han visto la Luz.
Séptima
Alegría: La Asunción de María y su Coronación como Reina de
Cielos y tierra.
Que
alegría sentimos, contigo María, porque elevada al Cielo estás
junto a tu Hijo amado, eres Corredentora, intercesora y auxiliadora
nuestra. Tú, humilde mortal, ahora Reina de Cielos y Tierra, nos
muestras, el camino y te decimos: "Oh, María, Madre mía, yo
te doy mi corazón". Como Francisco, esperamos recibir la
Corona de la Vida.Oremos
juntos, diez Aves María en gratitud por ser nuestra Reina y Madre
de Amor, y por todos los que no te reconocen como María Inmaculada
y Asunta al Cielo.
Hermanos,
llenos de gozo por haber vivido las siete alegrías de la Virgen,
que son nuestras, cumplamos el mandamiento de Jesús: "amar a
Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros
mismos", a ejemplo de Francisco amemos a Dios en toda su
creación.
Amén
Publicado por Sor Carmen María Parada Gámez
Otras Oraciones
AL ENTRAR EN EL TEMPLO
Te adoramos, Santísimo Señor Jesucristo, aquí y en todas las Iglesias que hay en el mundo, y te bendecimos, pues, por tu Santa Cruz redimiste el mundo.
Saludo
de San Francisco de Asís
a La Virgen María¡Salve,
Señora, santa Reina, santa Madre de Dios, María, virgen convertida
en templo, y elegida por el santísimo Padre del cielo, consagrada
por El con su santísimo Hijo amado y el Espíritu Santo Paráclito;
que tuvo y tiene toda la plenitud de la gracia y todo bien! ¡Salve,
palacio de Dios! Salve, tabernáculo de Dios! ¡Salve, casa de
Dios! ¡Salve, vestidura de Dios! ¡Salve, esclava de Dios! ¡Salve,
Madre de Dios! ¡Salve también todas vosotras, santas virtudes, que,
por la gracia e iluminación del Espíritu Santo sois infundidas en
los corazones de los fieles para hacerlos, de infieles, fieles a
Dios!
Oración
ante el
Crucifijo de San Damián
¡Oh alto y glorioso Dios! Ilumina las tinieblas de mi corazón y dame fe recta, esperanza cierta, caridad perfecta, sentido y conocimiento, Seño